- Incentivar al niño o niña a que narre un cuento utilizando sus propias palabras y escucharlo con atención sin corregirlo ni interrumpirlo.
- Proponer un título y pedirle que adivine de qué se trata la historia. Por ejemplo, “El flautista de Hamelin".
- Estimularlo a seguir con los ojos la lectura. Para esto, seleccionar textos con letras grandes e imágenes, para que el niño pueda seguir la lectura con facilidad.
- Pedirle que termine la historia de otra manera. Luego, incentivarlo a jugar a encontrarle un principio y un final inventado por el niño.
- Leerle las lecturas todas las veces que el niño lo solicite, de tal manera que domine el vocabulario, aprenda la secuencia de la historia y se vaya encariñando con los héroes y heroínas de los cuentos.
- Ayudarlo a describir qué sienten los personajes de los cuentos, para que entre al mundo emocional de ellos, percibiendo los matices de las emociones.
- Cuando el niño tiene más edad, pedirle que muestre sus libros favoritos y que lea aquellas partes que más le gustaron. Es importante que el padre demuestre interés por lo que el niño o niña le está mostrando.
- En la etapa adolescente, los padres pueden hacer lecturas familiares de los diarios e ir comentando las noticias que les llamen la atención.
Sí
- Proporcione al niño materiales de lectura atractivos y que lo motiven.
- Cuando el niño ha aprendido algo, deje que lo disfrute todo el tiempo que quiera o que necesite para practicarlo.
- Déle tiempo y espacio para practicar el juego libre, a fin de que desarrolle su creatividad y capacidad para tomar iniciativas.
- Respete las necesidades de descanso del niño.
- Valorice lo más explícitamente posible cada logro del niño y así aumentará su sentimiento de “ser capaz de...”
- Frente a las dificultades, simplifique todo lo que sea posible la tarea o solicite apoyo a alguien especializado.
- Mantenga un cierto nivel de desafío sin sobreexigir.
- Utilice metáforas positivas que contribuyan a mejorar la imagen personal.
- No obligue al niño a escuchar lecturas sobre temas que no le interesan.
- No lo presione a que logre etapas de aprendizaje para las cuáles no está maduro.
- No ocupe todo el tiempo del niño en actividades didácticas para no producirle sobresaturación y rechazo.
- No insista en actividades relacionadas con la lectura cuando esté cansado.
- No se centre en los errores que pueda cometer, enséñele en otra ocasión.
- No etiquete al niño de disléxico o disgráfico si tiene dificultades.
- No se ría de los errores de los niños: son extraordinariamente sensibles a sentirse ridiculizados.
- No utilice calificaciones ni metáforas negativas si el niño se equivoca, pues tienen una alta probabilidad de afectar negativamente la imagen personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario